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Todo ser humano tiene el derecho y el deber de educar y ser educado.
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Los padres son los verdaderos e insustituibles responsables de la educación de sus hijos.
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Los padres tienen el derecho de elegir el tipo de educación que desean para sus hijos.
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Como respuesta a los Derechos de la Familia, la sociedad tiene el deber de fomentar y garantizar la acción educativa.
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La existencia de colegios católicos es una consecuencia de la libertad de enseñanza, reconocida por nuestra
Constitución.